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29/12/2015 | ECONOMÍA

AÑO NUEVO, GOBIERNO NUEVO Y VIEJOS PROBLEMAS RECURRENTES

Los estibadores del SUPA de Puerto Deseado llevan un mes de paro, bloqueando la carga de contenedores a los buques, en reclamo de un subsidio de 15.000 pesos que el gobierno provincial destinaba para paliar la época de baja actividad.

Pero este año, el langostino, principal insumo del trabajo de los estibadores, tuvo un récord de captura. "Los estibadores de Deseado son de los que más ganan, cobran entre 30.000 y 50.000 pesos", destaca un referente del sector, que trata con ellos. "Por esto, la provincia no dio subsidio este año, al margen de que no tiene recursos", agregó.

Frente a la escasez estatal, los trabajadores recurrieron a la patronal para que pague. "Lo rechazaron porque pagan todo el año un 10% para un fondo anticíclico que administra el gremio para hacer frente a la temporada baja", agregó la fuente, que pidió reserva.

La iliquidez de tal fondo es una crónica especulación con el pago del subsidio estatal.

No se trata de cambiar de puerto, porque el sindicato es el mismo. Y más de 300 contenedores esperan en las cámaras su consolidación en contenedores, que se suman al langostino que se agolpa, congelado, en las bodegas de los tangoneros.

La pesca tiene dos titanes de difícil manejo, que a su vez engendran divisiones internas: los trabajadores de la estiba y los embarcados. En cada puerto, una crisis. Los armadores van de puerto en puerto para ver dónde operar (siempre que el valor de la captura justifique el dineral en combustible), pero las plantas no tienen el mismo margen: captura congelada y sin movimiento equivale a una fortuna en electricidad.

El correlato de la insania gremial desmesurada: mercados de exportación incumplidos (la pesca exporta el 90% de lo que produce) y riesgo de cobro de quincenas para otros trabajadores de la cadena.

La mesa tiene tres patas disfuncionales: Estado, empresas y trabajadores. La justicia, la cuarta pata en tiempos de conflicto, tarda en aparecer para mediar.

En 2007, las cosas se fueron de control. En esa ocasión, la protesta era de los embarcados del SOMU. Se incendiaron plantas. Nadie fue preso. Pero quedó bien instalada la sensación de indefensión, de anarquía institucional, de desgano y desinterés político.

Año nuevo. Gobierno nuevo. Problemas viejos. Las soluciones, consensuadas y razonadas son la aspiración más democrática.

Fuente: La Nación - Comercio Exterior
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